Cuando vamos al teatro, antes de empezar la función casi siempre solemos escuchar el mensaje de que apaguemos nuestros teléfonos móviles y que está prohibida la grabación total o parcial del espectáculo.
Estos mensajes los hemos asumido como algo habitual. Al fin y al cabo se usan para evitar varios problemas.
- Que el teléfono suene en mitad de la representación por una llamada o notificación.
- Que la señal telefónica interfiera con las señales de la microfonía.
- Que el espectador tenga la tentación de grabar parte del espectáculo.
A pesar de estas advertencias muchas veces se dan casos en los que se oye una alegre musiquita en el patio de butacas o alguien alza la mano con el móvil para grabar algo.
Al final dejar la responsabilidad de un buen uso del móvil durante los espectáculos en manos de los espectadores está demostrado que no funciona.
Por eso hay ciertos teatros en Broadway que están empezando a ponerse más restrictivos con los espectadores y veremos si tarde o temprano esas medidas nos llegan a España.
Veamos un par de ellas.
Cámaras de vigilancia con visión nocturna
En algunos teatros se están instalando cámaras muy potentes con visión nocturna capaces de hacer zoom sobre un único espectador para controlar qué hace en la oscuridad de la sala.
Esta medida es para evitar casos como cuando alguien de público grabó una escena de desnudo durante la representación de «Take me Out» y luego lo subió a Twitter.
Bolsas para guardar el teléfono móvil
En algunos teatros se delimitan unas zonas «libres de móviles» en las que sólo puedes permanecer con el móvil metido en una bolsa que está cerrada con un sistema magnético parecido a las alarmas que se ponen en las prendas de ropa en las tiendas.
Estas bolsas están creadas por la marca Yondr y son un sistema para no poder acceder al teléfono en ciertas zonas restringidas.
Estas son medidas ciertamente polémicas porque cuando vas a un espectáculo a disfrutar, lo que te encuentras son un montón de normas restrictivas que pueden minar la experiencia en el teatro.
Pero por otro lado, estas medidas no serían necesarias si todos fuéramos respetuosos con el espectáculo y los artistas.
Y simplemente no dejáramos llevar por la historia, la música, las luces y las interpretaciones. Olvidándonos por un tiempo de que tenemos un teléfono móvil.
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